viernes, 13 de abril de 2012

"Entre ilusión e inconsciencia" por Florencio Iniesta

En ocasiones en Cuaresma he escuchado, de manera directa o indirecta, a ciertos hermanos mayores, de los denominados veteranos, criticar el hecho de que existan en el pleno un gran grupo de éstos que, por su juventud, no poseen la experiencia necesaria para tomar las riendas de una hermandad.

Lo creían así cuando no tenían por delante, aclimatándonos a la corrida del Domingo de Resurrección, un toro como el que supone la probabilidad de precipitación ante una inminente salida procesional. Y en esa tesitura, muchos han demostrado ser igual de inmaduros, o no...

Pues si algo ha verificado la Semana Mayor, es que una gran cantidad de los rectores principales de las hermandades son inconscientes en cuanto a la protección de los bienes patrimoniales de una hermandad, pero, de otro lado, sensibles ante la necesidad de llevar a cabo una estación penitencial.

Y he ahí la disyuntiva, ya que numerosos cofrades, incluyendo el que suscribe, nos damos golpes de pecho cuando observamos que algunas cofradías se echan a la calle exponiéndose a merced del agua. En ese momento: ¿se valora más lo patrimonial que lo espiritual? , ¿son esos hermanos mayores unos irresponsables por querer dar público testimonio de fe? Y en el caso contrario: ¿no merecen un respeto aquellas corporaciones que deciden no procesionar pues interpretan que es una falta de respeto poner en peligro los bienes que ostentan para mayor honor y gloria de Aquellos a Los que rezan durante todo el año?

 Yo realmente, y me considero uno de los que prefiere no aventurarse, no lo tengo nada claro. Y no hallo respuesta en si soy un insensible. Lo que parece ser cierto es que, mientras no haya inclinación en ese sentido, cualquier decisión será la buena… ¿o no?

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