viernes, 30 de marzo de 2012

"Ejemplo Cristiano" por José Luis Montes

Cuántas veces hemos oído hablar, o incluso hemos hablado nosotros mismos, sobre costaleros y capataces; sobre el pobre ejemplo cristiano que dan, o incluso el inexistente, en ciertos momentos de las Estaciones de Penitencia en las que forman parte; sobre qué bien o mal anda tal o cual paso; sobre qué estirado o creído es tal o cual capataz; sobre qué mal gobierna su cuadrilla tal o cual otro; sobre cómo viene botando ese costero o cómo va de hundida la trasera?

Hay un dicho, que expresa la certeza de que en todo hay cosas buenas y malas. Fue popularizado por una anécdota histórica que protagonizó fray Hortensio de Paravicino, en 1624. Este predicador oficial de capilla le dijo a Felipe IV, durante una visita a Sevilla: “De todo tiene la viña, Sacra y Real majestad, de todo tiene la viña: uvas, pámpanos y agraz”.

De todo tiene la viña del Señor, y no sólo su viña, sino también sus trabajaderas, y por alguna extraña razón que desconozco, el testimonio que dan muchos queda en la penumbra por la mala sombra que dan unos pocos. Tal es el caso de Raúl Rodríguez, considerado uno más del oficio…, pero erróneamente. Es un gran capataz, pero por encima de todo es una gran persona, que se esfuerza por su cuadrilla, da la cara por sus costaleros, habla y estudia los problemas de cada uno, se interesa por la gente de abajo, busca soluciones, enamora a los suyos del Soberano, los alienta y, a base de esfuerzo y sacrificio, consigue sacar el máximo partido a una cuadrilla, que en principio podríamos pensar que es como otra cualquiera, pero que cada Miércoles Santo obra el milagro de aguantar doce horas en la calle para traer y llevar al Señor desde y hasta la Granja.

¿Qué culpa tenemos los costaleros si hay tres o cuatro que se dedican a pasear la molía? ¿Qué culpa tenemos los hermanos costaleros cuando hay tres o cuatro que afirman categóricamente que no hace falta ser hermano ni sentir devoción para ser costalero? ¿Qué culpa tenemos los costaleros si hay tres o cuatro bebiendo cervezas entre relevos? ¿Qué culpa tenemos los costaleros si hay tres o cuatro que no saben a qué se viene debajo de un paso? ¿Qué culpa tenemos los costaleros si hay tres o cuatro que piensan que lo que llevamos arriba es sólo madera, que los kilos no los manda el Señor?

¿Qué culpa tenemos los costaleros cuando todo aquel que raja de este oficio tan hermoso sólo se fija en las tres o cuatro ovejas negras de un rebaño repleto de ovejas blancas?

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